LO QUE SOY

Todos poseemos un don, una habilidad, algo que nos hace distintos, aunque sea nuestra enfermiza afición por fotografiar hormigas o por coleccionar moldes de cubitos de hielo. En todo hay un nicho, una audiencia, una comunidad a la que todo aquello que sabemos o somos capaces de hacer le interesa.

Y en todo nicho de información hay un mercado latente. El potencial de éste depende, además del volumen de esa audiencia, de lo hábiles que seamos para monetizarlo, para hacer líquida nuestra habilidad o afición. Todos nosotros somos al fin y al cabo un producto.

Esto alimenta lo que tantas veces he oído:  en nuestra época la juventud soñaba con “llegar a tener” pero, en la actualidad la juventud sueña con “llegar a ser”.  Ser lo que queremos ser, lo que esta innato dentro de nosotros esta ahora más cerca que nunca de convertirse en nuestro modo de vida. La blogosfera está deseando ver tus contenidos, hay una audiencia esperándote, simplemente hay que ser eficiente para contactar con ellos y ser REAL, TRANSPARENTE y CREIBLE (tanto como te otorgue la autenticidad de mostrar lo que eres).

La transparencia y la credibilidad es, como suelo decir, la base para la nueva comunicación de las marcas (productos, personas o lo que prefieras). Primero hay que ser y luego comunicarlo. El error en la comunicación comercial suele llegar cuando no se comunica con los contenidos lo que uno es de verdad, cuando se crean personalidades artificiales, que pueden resultar si vengo de la nada, pero no cuando una marca tiene un posicionamiento y una reputación.

Y en este entorno, en el de los contenidos sociales, las marcas personales tienen un potencial de crecimiento muy alto. La credibilidad de las marcas personales es algo más fácil, ya que estas se adaptan mejor al medio social, por lo que llegaremos a un boom de marcas personales en los próximos años.

Unos años que agudizarán el derrumbe de las marcas 1.0 y el alumbramiento de nuevas marcas con crecimientos meteóricos hasta el “top of mind” de los mercados. Esto, que era una tendencia, es ya una realidad, y  la lógica nos dice que sucederá aún más con total seguridad. Así que si tienes un nuevo producto que lanzar, cuidado con hacerlo con una marca que, por muy consolidad que esté, parta con la pesada mochila de la falta de credibilidad.

Busca en tu interior, persona o empresa, cuál es tu diferencia, que sabes hacer mejor que nadie y dispáraselo al mundo. La vieja ecuación de haz lo que el cliente te pida que hagas se empieza a resquebrajar en mi mente. Para cuando tu reconviertas tu producto para adaptarlo a él, el cliente ya habrá encontrado alguien que lo haga tal cual lo necesita. ¿Una nueva marca que irrumpa de la nada? Tal vez. Ya no sólo vale con escuchar al cliente, hay que adelantarse a lo que nos pedirá mañana. Tarea difícil, qué duda cabe.

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